La Universidad de Córdoba, por solicitud del Ministerio de Salud y Protección Social realizó evaluación de riesgos a la salud de tipo adaptativa (fuentes de información secundaria) teniendo como base metodológica, la herramienta para la evaluación de riesgos en salud por exposición a sustancias químicas de la Organización Mundial de la Salud. En el marco de dicha evaluación, se desarrolló una línea base sanitaria y ambiental, a través de un monitoreo de la aspersión aérea con glifosato; actividad realizada, bajo un escenario controlado y ajustado a parámetros técnicos y operativos definidos por el Plan de manejo ambiental del programa de aspersión; esto, con la finalidad de validar y ajustar los modelos de comportamiento ambiental estimados hasta el momento; de esta forma, se socializaron los resultados de ocho departamentos con el propósito de entregar los principales efectos de la evaluación de riesgos y las medidas de gestión del riesgo en el evento de intoxicación con plaguicidas; lo cual, se desarrolló atendiendo a la necesidad de realizar comunicación del riesgo aplicada a esta problemática. La información fue dirigida a personal de las entidades territoriales para hacerla extensiva a las comunidades y personas encargadas de la gestión de riesgos en los territorios.
Para la evaluación del riesgo, se determinó la dosis estimada de exposición (DEE) en la población, allí, fue necesario estimar la concentración ambiental del herbicida glifosato en diferentes matrices (aire, suelo, agua y alimentos), asociadas a vías de exposición (inhalatoria, dérmica y oral). Esas concentraciones se estimaron a partir de herramientas de modelación ampliamente utilizadas en evaluación ambiental, entre estas, el software SWAT, y otros. Los resultados obtenidos muestran que las condiciones ambientales de cada cuenca hidrográfica donde podría ser asperjado el herbicida influyen en el destino y comportamiento ambiental de la mezcla de aspersión, en el que, no es posible generalizar la exposición humana a la mezcla para todo el país. Por eso es fundamental evaluar los escenarios regionales mediante la subclasificación de los territorios de acuerdo a estas características ambientales. La modelación arrojó resultados en relación con dos variables fundamentales en la evaluación de la exposición: la deriva y la concentración del herbicida.
En relación con la deriva, entendida esta como la distancia hasta la cual pueden llegar las gotas asperjadas fuera del polígono objetivo, se obtuvieron valores por encima de los 100 metros en todas las regiones y escenarios planteados, esta distancia varía de acuerdo con parámetros ambientales como la velocidad del viento. Además, el valor estimado difiere en gran magnitud frente al parámetro establecido en el Plan de manejo ambiental de la dirección antinarcóticos (DIRAN), donde se establecen 10 metros de deriva permisible, lo que obliga a revisar en detalle las condiciones de aplicación del herbicida bajo las condiciones del plan de manejo. Los resultados de modelación establecen las concentraciones en aire, agua, suelo a diferentes profundidades y alimentos; lo que sugiere necesariamente, monitorear en detalle esas matrices para determinar de manera oportuna, una línea base ambiental ante cualquier uso del herbicida. Debido a esto, es reiterativa la revisión minuciosa de condiciones de uso y, del principio de precaución, si el Gobierno asume la política de retomar el glifosato para el control de cultivos ilícitos.
Por otra parte, teniendo en cuenta la DEE, se puede concluir, que, niños menores de dos años presentan dosis estimadas de exposición más elevadas, toda vez que, poseen menor peso y están expuestos a la misma concentración ambiental. Los jóvenes, adultos y adultos mayores tienen dosis de exposición similares entre sí dentro de cada región. Además, la variabilidad en las DEE en relación con la vía de exposición dérmica es mayor en la primera infancia; por ello, la variabilidad disminuye en la medida en que aumenta la edad. Aunque la estimación del riesgo es baja en las condiciones del programa de aspersión, la población estaría expuesta por el herbicida vía oral y dérmica a través del agua, suelo y alimentos. Sin embargo, no existe una causalidad directa con la información actualmente disponible en los diferentes sistemas de información (ambiental, demográfica y salud pública). Cabe indicar, que la exposición al glifosato se ha relacionado con el deterioro de la piel, afectaciones en vías respiratorias, abortos, diferentes tipos de cáncer, entre otros, por lo que, en el 2015, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la OMS, clasificó el glifosato como «probable carcinógeno» humano (grupo 2A). El tema está abierto al debate público; esperamos se construya el acuerdo necesario para enfrentar los cultivos de uso ilícito sin afectar la salud humana y la biodiversidad del país.
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