El pasado 14 de noviembre finalizó la COP26; una clausura en medio de un ambiente de esperanza, frustraciones y expectativas. Fueron dos semanas de negociaciones, acuerdos, promesas y compromisos entre 197 países, organizaciones privadas y públicas en la cumbre climática más importante a nivel global: COP26. El resultado es una hoja de ruta que decidirá el futuro del planeta, cumplirla, podría ser una salvación contra el calentamiento global; pero, no alcanzar los objetivos sería catastrófico.
Los acuerdos alcanzados, jurídicamente no son vinculantes, por lo que llevarlos a cabo dependerá de la voluntad política de cada gobierno. Cuáles son los avances y retrocesos que dejó la cumbre celebrada en Glasgow, Escocia; aspectos positivos: Los compromisos para reducir emisiones de metano, en cuanto a deforestación, transporte o abandono del carbón. Sumado a lo anterior, más de 30 países y 100 empresas se comprometieron en eliminar los coches de combustión para 2035, entre estos, los principales fabricantes de automóviles como Estados Unidos, China, Japón, Alemania. Esto indicaría, que los vehículos de gasolina y diésel dejarán de ser fabricados y se reemplazarían por los de cero emisiones. Igualmente, 11 gobiernos nacionales acordaron poner fin a la concesión de nuevas licencias para la exploración y explotación de petróleo y gas en sus territorios y a la eliminación paulatina de las ya existentes.
En cuanto a los aspectos negativos: “No estamos donde tendríamos que estar, ni siquiera cerca”, expresa el vicepresidente de la Comisión Europea para el Pacto Verde. Porque, aunque se cumplieran todas las metas, la humanidad aún está lejos de mantener el nivel de las temperaturas por debajo de 1,5 grados centígrados. Y si para finales de siglo, las temperaturas aumentan 2°C, 1.000 millones de personas se verán afectadas por una “combinación fatal de calor y humedad”. De acuerdo con lo anterior, si se mantienen los índices actuales de deforestación, degradación de suelo e incendios forestales, la mayor selva tropical del planeta; el Amazonas, podría perder hasta 700 % de su vegetación nativa y convertirse en desértica para mediados de siglo.
Por ello, movimientos y grupos de ambientalistas insistieron en que se necesita más ambición y no dejarse manipular por los grupos de presión e intereses. En consecuencia, pidieron aprobar los subsidios por concepto de daños y pérdidas para los territorios que ya están devastados por catástrofes naturales.
Finalmente, en esta COP26, se destaca que, 12 gobiernos se comprometieron a entregar recursos financieros para contribuir con la resiliencia climática a través del Fondo de Países menos desarrollados. Además, una coalición internacional de inversionistas se comprometió en donar más de 1.000 millones de dólares para dotar a los países latinoamericanos con flotas de autobuses públicos eléctricos cero emisiones con la iniciativa de acelerador de despliegue rápido de autobuses cero emisiones. En síntesis, la COP26, no logró acuerdos definitivos sobre el calentamiento global y el control de la emisión de gases efectos invernadero.