Finalizó en la ciudad de Cali, la conferencia de las Naciones Unidas sobre biodiversidad COP16; titulada: «Paz con naturaleza». La COP es el convenio de diversidad biológica que se lleva a cabo cada dos años y, una instancia a nivel internacional con el fin de tomar decisiones políticas para enfrentar la crisis de pérdida de biodiversidad. En su última versión, la COP15, que tuvo lugar en Montreal-Canadá, en diciembre de 2022, 196 países firmaron el nuevo marco global de biodiversidad con la intención de frenar la pérdida de biodiversidad. Evaluando las metas proyectadas al 2030; entre ellas: la conservación del 30% de la tierra, el 30% de los océanos, reducir los pesticidas, gestionar la agricultura de forma sostenible, prioridad a la participación de pueblos indígenas. El informe más esperado en materia de cambio climático en la COP16, el Emissions Gap Report, presentado por el programa de Naciones Unidas para el medio ambiente; el informe presentado, ratifica la tendencia global en materia de destrucción del medio ambiente; indicando. «No más promesas de humo» con un mensaje a la acción social «Ha llegado el momento decisivo para el cambio climático. Necesitamos más movilización a una escala y ritmo nunca vistos»; planteando que el mundo no alcanzará la meta de no sobrepasar el 1,5 °C trazado en 2015 y que, el planeta podría subir 3,1 °C su temperatura en el presente siglo.
En medio de negociaciones, acuerdos y compromisos entre 196 países en la COP16. El resultado fue continuar trabajando y protegiendo la biodiversidad del planeta. Lograrlo, será la salvación contra el calentamiento global. En este sentido, el Secretario General de la ONU, António Guterres, ha hecho reiterativo un llamamiento a los países y sus compromisos de reducción de emisiones. «La humanidad tiene elección de: cooperar o perecer». Reiterando a los Estados que lleguen «a un histórico pacto entre países desarrollados y economías emergentes, un Pacto de Solidaridad Climática», insistiendo «estamos jugando con fuego, se nos acabó el tiempo». Este pacto debe permitir el final del uso de combustibles fósiles y plantas de carbón para los países de la Ocde en 2030 y en el resto del mundo en 2040. «O tenemos un Pacto de Solidaridad Climática o tenemos un Pacto de Suicidio Colectivo».
Los acuerdos alcanzados en la COP16, para su implementación, dependerá de la voluntad política de los gobiernos; sus conclusiones están en sintonía con la COP27: compromisos para reducir emisiones de metano, en cuanto a deforestación, transporte o abandono del carbón, acercarían 25% las metas climáticas de 2030. Estos compromisos están en la dirección del Acuerdo de París y el Protocolo de Kioto; pero, desafortunadamente, «no estamos donde tendríamos que estar, ni siquiera cerca», como lo han dicho líderes ambientalistas. Aunque se cumplieran todas las metas, la humanidad aún está lejos de mantener el aumento de las temperaturas por debajo de 1,5 °C. Y, si a finales de siglo, las temperaturas aumentan 2 °C, 1.000 millones de personas estarán afectadas por una «combinación fatal de calor y humedad». Lo anterior, si se mantienen los índices actuales de deforestación, degradación e incendios forestales, la mayor selva tropical del planeta, el Amazonas, podría perder hasta 700% de su vegetación nativa y convertirse en desértica para mitad de siglo. Para ello, es necesario escuchar la voz de la ciencia; no pueden seguir ignorando los estudios científicos sobre el tema.