Por Erasmo Zuleta Bechara.
Parafraseando a Napoleón Bonaparte, en términos de competitividad, este factor es tan importante para el desarrollo de nuestro país que no podemos cometer errores en su consecución, aunque lo necesitamos urgentemente.
Y esto es muy cierto, especialmente si se tienen en cuenta dos factores cruciales: el primero, que para observar resultados en términos de competitividad en los territorios, estos no son inmediatos, por lo que no existe margen de error para perder el tiempo; y el segundo, que se presenta un desbordamiento de necesidades con respecto a los recursos disponibles, al menos a nivel territorial, lo que hace que estos deban ser utilizados de forma óptima.
La competitividad es un tema que cobra gran relevancia si consideramos la reciente publicación del Índice de Competitividad Departamental 2024 (IDC), elaborado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad del Rosario. Dicho sea de paso, gran trabajo el que realizan estas instituciones con la elaboración de tan importante instrumento, que da luces sobre los factores cruciales y ayuda a la mejora de las entidades locales.
Con respecto al tiempo que toman las políticas públicas en causar un efecto real en términos de competitividad, basta con considerar que los resultados del ranking del año 2024 se desprenden de agrupar 102 indicadores en 13 pilares, de los cuales 59 (58% de los mismos) tuvieron como año de corte el 2022, 38 como año de corte el 2023 (37%) y tan solo uno, el 2024. Es decir, los resultados que vemos en el ranking del año 2024 consideran, en su gran mayoría, resultados de ejecutoria del año 2022. Esto solo en cuanto a la construcción de los indicadores. Si revisamos los efectos en el sureste asiático de la mayor inversión en ciencia y tecnología de los años 70, estos tardaron por lo menos 20 años en demostrar efectos materiales en la vida de los habitantes de la región.
Sobre los resultados del IDC para el departamento de Córdoba, este departamento perdió una posición entre el año 2023 y el 2024, pasando del puesto 22 al 23 en el ranking. Por pilares, los que mejor desempeño demostraron para 2024 en el departamento fueron «Sostenibilidad Ambiental», ubicándose en la posición número 4 entre 33 entidades territoriales, seguido de «Sofisticación y Diversificación», en la posición número 15. La mejor variación entre el 2023 y el 2024 se presentó en el pilar de «Entorno para los Negocios», al pasar de la posición 32 en 2023 a la 22 en 2024, mientras que el mayor descenso se presentó en el pilar de «Infraestructura», pasando de la posición 20 en 2023 a la 26 en 2024.
Y es cuando se comparan los resultados en algunos indicadores de competitividad frente a los recursos disponibles que estos últimos lucen insuficientes. Por ejemplo, dentro de los indicadores donde el departamento de Córdoba se encuentra relativamente atrasado están los relacionados con acueductos, alcantarillados y red vial primaria. Todos estos son sectores intensivos en capital para su mejoramiento, construcción o ampliación.
Por todo lo anterior, el Plan de Desarrollo Departamental recientemente aprobado por la Asamblea de Córdoba apunta a que el departamento logre un mejor nivel de competitividad. Para ello, este plan considera un conjunto de acciones y proyectos estratégicos debidamente pensados y concebidos con el objetivo de no cometer errores que puedan poner en peligro la posibilidad que tiene el departamento de alcanzar otro nivel de forma urgente. Vamos despacio porque tenemos prisa, como decía Bonaparte.
Esperamos que estas metas y objetivos trazados tengan el apoyo respectivo del Gobierno Nacional para su efectivo cumplimiento.