Por: Erasmo Zuleta Bechara*
El frágil crecimiento del PIB, dado a conocer por el DANE a sep-24, representa un llamado a las autoridades económicas a tomar decisiones responsables, pero contundentes, para su fortalecimiento. Y es que, mientras el crecimiento acumulado a sep-24 fue de un 1.6% vs. 0.6% a sep-23, esta leve mejoría del desempeño económico colombiano es aún inferior al de países de la región, como Chile, que creció a un 2.1%, o México, que creció a un 1.7% para el mismo periodo. Estas tasas de crecimiento están muy por debajo de lo que crecerá el mundo en 2024 (3.2%) y las economías emergentes (4.2%).
Y es que el crecimiento económico nos debe preocupar a todos, porque de allí se desprenden, entre otras cosas, los empleos y los ingresos fiscales del país, y de estos ingresos, las inversiones que, desde el Presupuesto General de la Nación (PGN), se hacen en las regiones o en instituciones clave como el Icetex, entre otras. Un proceso muy similar aplica a nivel territorial en los departamentos y municipios.
Por sectores económicos, sorprende el crecimiento acumulado a sep-24 del sector de actividades artísticas y recreativas (9.8%) y del sector agropecuario, con un crecimiento de 8.9%, aunque el impacto de estas variaciones es proporcional a la participación de las mismas dentro del PIB. Mientras las actividades artísticas y recreativas representan un 3.9% del PIB, el sector agropecuario representa un 8.9% del PIB. Las actividades que mayor participación tienen dentro del PIB son comercio al por mayor, al por menor, transporte, alojamiento y servicios de comida (37.8%) y administración pública (15.1%). Estas actividades tuvieron un crecimiento acumulado a sep-24 de 0.2% y 4.1%, respectivamente.
Desde la perspectiva de la demanda, sorprende tanto el bajo crecimiento como la baja participación de la inversión dentro del PIB. Esta es la variable que nos habla del futuro, de nuestras esperanzas. La variación acumulada de la inversión a sep-24 fue de solo un 0.5%, y su participación dentro del PIB se ubicó en un 14.2%, comparado con un promedio histórico de 21.6% desde 2005.
Ante este panorama, es urgente la ejecución de un conjunto de medidas a nivel nacional que nos permitan impulsar el crecimiento, el recaudo tributario, el empleo y las inversiones vitales en nuestros territorios. Aunque a nivel territorial los gobernadores y alcaldes del país ejecutamos nuestros presupuestos, estos son reducidos e inflexibles en comparación con los del PGN. Las alternativas a nivel nacional para ello no son pocas en la actual coyuntura: a) Alineación de nuestras políticas con la nueva administración de nuestro principal socio comercial, los Estados Unidos, para procurar un mayor intercambio comercial y de inversión. b) Incentivos a la atracción de empresas que, dados los aranceles enunciados por Estados Unidos a países como China, buscarán reubicarse en otros territorios para producir y exportar desde allí (lo que se denomina offshoring). c) Impulsar la DIAN para que sus promesas de recaudo se vuelvan una realidad, permitiendo que los recursos del PGN hacia los territorios se ejecuten en su totalidad, entre otras medidas.
Entre tanto, desde el departamento de Córdoba, que tiene una participación dentro del PIB nacional de 1.8% y una población de casi 2 millones de habitantes, nos encontramos ejecutando dos grandes tipos de actividades. Por un lado, estamos ejecutando un ambicioso programa que incluye obras de infraestructura vial, acueductos y escenarios deportivos, entre otras. En segundo lugar, estamos implementando una importante agenda de actividades con empresarios, cuerpo diplomático e inversionistas extranjeros, con el objetivo de internacionalizar e incorporar dentro del radar mundial al departamento.
La agenda desde las regiones se está ejecutando, pero mi llamado es a que el crecimiento económico a nivel nacional debe ser fortalecido con ejecuciones y acciones concretas de cara a las nuevas realidades, tanto locales como internacionales.
*Gobernador del Departamento de Córdoba