No fue ‘Volver al Futuro 2’. Fue el exorcista. Los Cachorros de Chicago acabaron con más de ‘Cien años de soledad’ en el sótano del béisbol, relegados a conjugar solo el verbo perder hasta anoche cuando derrotaron ocho carreras por siete a los Indios de Cleveland.

El pelotero emergente en calidad de corredor Albert Almora Jr anotó la carrera de la diferencia en la parte alta del décimo capítulo, cinco años antes Almora Jr corría con los ojos nublados por el estadio 11 de Noviembre agitando al bandera de los Estados Unidos luego que su país ganara el Panamericano Juvenil.

Theo Epstein se convirtió en el ‘exorcista’ acabó con dos maldiciones o sequías sin anillos de Serie Mundial. La de 2004 cuando dirigió desde la oficina de operaciones de Medias Rojas para acabar con la ‘Maldición del Bambino’ y la de anoche para acabar con la otra, ‘la Maldición de la Cabra’.

Acabó una y comenzó otra. La maldición de los séptimos juegos para los Indios de Cleveland que al igual que hace 19 años bajo el señorío del ‘Fenómeno del Niño’ el barranquillero Édgar Rentería, sucumbió en entradas extras ante los Marlins de la Florida.

Los Cachorros parecían darle continuación a ese místico entusiasmo con el que terminaron el sexto juego como si en lugar de estar en el primer inning del séptimo juego estuvieran en entradas extras del juego anterior. Siguieron con ese entusiasmo y ante el mejor brazo de los Indios de Cleveland dijeron presente en la misma primera entrada.

Pero en medio de esa atmósfera en la que todo parecía salirle a Chicago, vino el béisbol pequeño de Indios de Cleveland. Coco Crisp se embasó sin outs gracia a un tablazo de dos bases. El poderoso receptor Roberto Pérez, pese a tener dos jonrones en esta serie, se sacrificó con el toque de bola y el antesalista Carlos Santana despachó una bola al jardín derecho para traer la del empate.

Luego Santana se estacionó en la intermedia después del segundo error de la noche del boricua Javier Báez, quien intentó sacar de carrera al corredor atrapando la bola a mano limpia. Pero el abridor Kyle Hendricks y la defensa se encargaron de aplacar los ánimos de un estadio que estaba en punto de ebullición.

La respuesta del bando opuesto no pudo ser mejor. Con dos outs y un hombre en tercera, Kris Bryant, embasado por sencillo, el héroe de la noche anterior Addison Russell dio elevado de sacrificio, pero sin profundidad al central. Con todo y ello, Bryant le desafió e brazo a Rajai Davis para anotar en jugada apretada en el plato.

Renglón seguido, el venezolano Wilson Contreras despachó un extrabases para traer la tercera rayita del juego.

En la entrada siguiente, el otro latino de Cachorros, el boricua Javier Báez demostró que los errores a la defensiva no lo habían sacado del partido. Desapareció la bola por el jardín derecho para poner el juego 4-1 y darle la despedida a Corey Kluber de la misma manera como su compañero Fowler le dio la bienvenida, a jonrón limpio.

En el mismo capítulo, el quinto, Anthony Rizzo dio un sencillo al jardín derecho, bastante profundo para que Bryant, desde la primera, le pusiera toda la potencia a su corrido de bases y llegar hasta la goma para la quinta rayita.

Con Cleveland a la ofensiva, el manager Joe Maddon trajo a Jon Lester que dio una base por bola y un sencillo y con dos outs y ambos hombres en posición anotadora tuvo un lanzamiento malo para permitir ambas carreras, poniendo el juego 5-3.

El partido se puso de toma y dame. El comprometido receptor de Cachorros, David Ross, involucrado en el ‘wild pitch’ de Lester, la mandó a las tribunas detrás del jardín central para aumentar la diferencia y el tercer jonrón de los Osos en la noche ahora a Andrew Miller.

Pero la última palabra no estaba dicha. Cleveland recortó la diferencia a dos y con un corredor en los senderos y frente a las rectas de humo del cubano Aroldis Chapman, el jardinero Rajai Davis desató la locura en el Progressive Field mandando la pelota en medio de la multitud detrás de la pared del jardín izquierdo. 6-6.

Luego para agregarle más suspenso, la lluvia interrumpió el juego por varios minutos. Como toda película de suspenso, se necesita de esta para darle más clímax al momento cumbre.

Kyle Shcwarber dio sencillo, el corredor emergente Albert Almora Jr vino a ocupar la almohadilla y Ben Zobrist pega doble para la carrera de la diferencia en la parte alta de la décima y Almora Jr anotó. 7-6.

Con las bases llenas, el receptor suplente Miguel Montero pega indiscutible al jardín izquierdo para otra más en los pies de Anthony Rizzo. 8-6.

Para ponerle más drama Rajai Davis remolcó una más, Maddon sacó a Edwards Jr, pero no fue así el bullpen de Cachorros cerró todo y abrazarse con la gloria. EFE.

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