Un seis de abril de 1964, nace la Universidad de Córdoba; el primer y único hecho revolucionario en la historia del departamento de Córdoba; estamos cumpliendo 61 años de vida institucional; al servicio de la educación pública superior del departamento de Córdoba, la región Caribe y el país; esta celebración permite una reflexión sobre el discurrir y trasegar de una institución que nació de la mente e ideales de su fundador Don Elías Bechara Zainúm, que, como toda idea inspiradora, logra congregar seguidores que la impulsaron en su realización.

En estos 61 años; la Universidad ha contribuido a delinear y configurar el presente del departamento de Córdoba desde la transformación humana y social; soportado en la ciencia, saber y conocimiento; en este sentido, hacer memoria histórica del desarrollo de este caminar; para conocimiento de las presentes y futuras generaciones; que puedan, no solo observar, sino pensar cómo los ideales y pensamientos transformadores se materializan; recordar cómo desde la adversidad y dificultades se pudo impulsar la génesis y evolución de la Universidad; forjando el carácter, temple y la identidad que nos caracteriza como unicordobeses.

Unicórdoba ha sido hecha a pulso; forjada en medio de adversidades, carencias y conflictos; muchos de ellos, violentos y dolorosos; pero a pesar de todo, hemos mantenido el pulso y continuado el camino; coherente con los principios que hacen parte de nuestro origen.

Recordar en estos 61 años de vida académica; la perseverancia y tenacidad del nuestro fundador; dando inicio a las labores misionales en el espacio del Colegio Nacional José María Córdoba; en esta institución educativa funcionamos por cuatro meses; hasta que fuimos lanzados, porque se tenía el temor que la Universidad se apropiara de dicha infraestructura educativa; luego la alma máter se trasladó para la plaza de feria y en este lugar se adecuó un espacio, formado por salones rectangulares, donde se continuó con las actividades académicas de los programas de Medicina Veterinaria e Ingeniería Agronómica; programas académicos con que nació la Universidad de Córdoba y que respondía a la vocación productiva del departamento; posteriormente, con esfuerzos financieros; a través de créditos gestionados, compraron lo que para la época era la hacienda Nueva York; conformada por 64 hectáreas de tierras; lugar en el cual, se encuentra actualmente la Universidad de Córdoba.

En estos inicios, no existía opulencia, ni comodidades; sino principios, convicciones y una fe inquebrantable en un proyecto de desarrollo institucional propio, nacido en tierras cordobesas y concebido desde una mente lúcida y visionaria que entendió y concibió la educación como la fuerza transformadora que debía impulsar y jalonar el desarrollo del naciente departamento de Córdoba; y al mejor estilo socrático; el tiempo le dio la razón. De esta manera sentaron las bases por donde se ha movido y construido la Universidad durante estos 61 años.

Es esta la ocasión, para reconocer y exaltar, el trabajo y aporte de rectores, profesores, estudiantes, trabajadores y egresados que han hecho posible la construcción de este proyecto educativo que ha formado más de 50 mil profesionales en distintas disciplinas científicas; que tiene una cobertura estudiantil de 17 mil estudiantes, de los cuales el 86 % pertenece al estrato 1 y el 16 % al dos; 362 profesores de planta; donde el 40 % tienen título de doctorado; 28 programas académicos de pregrado, 24 programas de maestría, 7 doctorados, 47 grupos de investigación, 87 convenios internacionales, presencia científica en 11 departamentos de la geografía nacional, acreditada y reacredita institucionalmente.

El presente de la Universidad de Córdoba, reafirma los principios concebidos por nuestro fundador; tanto a él, como a todos los que hicieron posible este proyecto de transformación social y humano.

A la juventud cordobesa expresamos nuestra gratitud eterna; por haber concebido y dejar como legado la alma máter de los cordobeses; el bien público social más valioso de este departamento y la institución más importante creada en los últimos mil años por la cultura occidental.

Corresponde a quienes hacemos parte de esta generación y que tenemos el honor y la responsabilidad de continuar este legado; así como decía nuestro fundador «se ha encendido una llama, no permitamos que se apague».

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