El pasado 6 de abril, la Universidad de Córdoba cumplió 60 años de vida institucional, momento oportuno para reflexionar sobre el trasegar de una institución que nació de los ideales de su fundador, don Elías Bechara Zainum, quien congregó seguidores para sacar adelante este glorioso proyecto de vida para los cordobeses. En esta celebración, es ineludible pensar la epopeya de la Universidad; sus avatares y contingencias, momentos históricos que contribuyeron en la conformación de este departamento. Recordar, cómo la adversidad y dificultades jalonaron la génesis y evolución de la Universidad; forjando el carácter e identidad que nos caracteriza. Unicórdoba ha sido hecha a pulso, forjada en medio de conflictos, adversidades y carencias; muchas de ellas, violentas y dolorosas; pero hemos mantenido el pulso y continuado el camino; coherente con los principios que hacen parte de nuestro origen.
Importante recordar en estos 60 años de vida institucional, cuando iniciamos las labores académicas en el Colegio Nacional José María Córdoba, luego nos trasladamos para la Plaza de Ferias; lugar donde se adecuó un espacio con salones rectangulares; iniciando las actividades académicas de los programas de Medicina Veterinaria e Ingeniería Agronómica; programas académicos con que nació la Universidad de Córdoba para responder a la vocación productiva del departamento. Finalmente, con esfuerzos financieros a través de créditos, se compró lo que para la época era la hacienda Nueva York; conformada por 64 hectáreas de tierra; lugar en el cual se encuentra actualmente la Universidad. En estos inicios, no existían lujos ni comodidades; sino principios, convicciones y una fe inquebrantable en un proyecto educativo revolucionario y transformador, nacido en tierras cordobesas, que entendió y concibió la educación como la fuerza transformadora que debía impulsar el desarrollo del naciente departamento de Córdoba; y al mejor estilo socrático; «…el tiempo dio la razón». De esta manera, se sentaron las bases por donde, durante estos 60 años hemos construido la Universidad.
Es esta la ocasión, para reconocer y exaltar el trabajo y aporte de exrectores, profesores, estudiantes, trabajadores y egresados que han hecho posible la construcción de este proyecto educativo que ha formado 50 mil profesionales en distintas disciplinas científicas; con una cobertura estudiantil de 17 mil estudiantes matriculados, 360 profesores de planta; de los cuales el 30% posee título de doctor; 28 programas académicos de pregrado, 22 programas de maestría, 5 doctorados, 44 grupos de investigación, reacreditación y presencia científica regional y nacional; donde aportamos con nuestra capacidad científica y humana en la solución de problemas que afectan las condiciones de vida de las comunidades.
El presente de la Universidad de Córdoba reafirma los principios concebidos por nuestro fundador; tanto a él, como a todos los que hicieron posible este proyecto de transformación social y humana; las presentes generaciones le expresamos nuestra eterna gratitud por haber concebido y dejar como legado la alma mater de los cordobeses; el bien público social más valiosos de este departamento. Corresponde a quienes hacemos parte de esta generación, continuar este
legado; y como decía nuestro fundador ¡se ha encendido una llama, no permitamos que se apague! Y, como reza nuestro Himno Unicor: «eres grande y nos haces mucho honor, a Dios pedimos que te guarde para bien de la nación».