MONTERIA CORDOBA-. Casos insólitos que aún suceden en pueblos y ciudades de Colombia, pues bien hace dos semanas, pasó lo siguiente en la calle 27 entre carreras 6 y 7 de esta ciudad, todos los días  se ubica el señort Juan Cogollo cuyo oficio es de zapatero, en ese sitio sale a trabajar bien temprano a reparar zapatos que sus clientes le llevan para que se los repare y queden como nuevo, la mayoría de ellos los ven que todavía les pueden servir por un tiempo más, hasta comprar uno nuevos, ahí se los dejan para el día siguiente, o para cuando Juan les diga que vuelvan por ellos, ya que tiene otros compromisos de clientes que le han dejado su zapatos…

Pero lo que jamás había pensado Juan Cogollo me refiero al zapatero, es que en un momento en que el pasó a guardar al frente del parqueadero un bulto lleno de zapatos para reparar, deja en su lugar de costumbre otro costal lleno de zapatos para sus debidas reparaciones,  cruza la calle al volver al lugar de costumbre su zapatería de nombre «La Elegancia»….se llevó tremenda sorpresa…no estaba el otro bulto donde guardaba otros pares de zapatos en total unos 20, miró para todos los lados y alguién vio que el carro colector de la basura uno de los señores que laboran en el carro compactador de la empresa de aseo Urbaser lo recogió y lo tiró al carro, como creyendo que era «basura»…. pero cuando el zapatero Juan Cogollo miró hacía al fondo de la calle ya el carro iba muy lejos …. pero el cuento no ha parado solamente así, sino que Juan, se ha ganado tremendo lío, porque tiene que pagar a aquellos 20 pares de zapatos tanto para hombres y mujeres que no había reparado para su debido uso, sino que entre ellos iba un par cuyo dueño es nada menos que un alto funcionario de la Procuraduría General de la República sede Bogotá, el dueño de aquel par de zapatos reside en Bogotá y de vez en cuando llega a Montería a  visitar a sus familiares y como es conocido con Juan Cogollo «el zapatero» confió en él, porque ya le había dejado otros pares de zapatos para que se los reparara, contando con mala surte con los que le dejó recientemente, porque aquel desprevenido señor que trabaja en esa empresa como «escobita» tomó el bulto lo tiró al carro o a lo mejor no sabía que dentro de la tula iban zapatos de mucha calidad de cuero fino, pero esa tarde el carro de la basura arrasó con todo… y como vió el puesto solo tiró al carro la tula llena de zapatos para su reparación…entre ellos los del funcionario de la Procuraduría…. ni manera de rescatarlos, ni poniendo demanda a el «escobita» de Urbaser…muho menos al pobre zapataero  Juan Cogollo…

Escribió: ROBERTO CASTILLA ARROYO —Revista EXPECTATIVA 43 Años.

Foto: Revista EXPECTATIVA 43 Años.

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