Por: Cristina Espitia Rosso
Hay que celebrar en grande la democracia en Colombia, porque es la primera vez que 11.277.407 personas elegimos un presidente con una ideología de izquierda, diferente a todos los 114 presidentes que han gobernado este país, desde la llamada patria boba en 1.810 hasta el 19 de junio del 2022.
El pueblo ha hecho uso de su soberanía al elegir a un exguerrillero, sobreviviente de los conflictos ideológicos, sociales y de una campaña política sucia en su contra para no dejarlo llegar a la presidencia, por parte de los que siempre han tenido el poder y de aquellos que a pesar de no pertenecer a esa misma clase social y de no ser tenidos en cuenta, aclamaron y lucharon para que continuara el régimen.
Gustavo Petro ha sido elegido por sus capacidades intelectuales, comunicativas, control de sus emociones, propuestas de gobierno y empatía con aquellos que viven en condiciones de pobreza, a pesar de las riquezas naturales que el universo le dio a este país. En la contienda electoral no se presentó otro candidato con un mejor perfil, para hacer girar el país a una nueva visión de sociedad. Es posible que eso aún no sea comprendido por los otros diez millones de electores que votaron en contra de él y aún lo siguen descalificando.
El universo conspiró para que millones de colombianos tuviéramos luz, sensatez y valor para votar en contra de una derecha y de una hegemonía política, que le ha apostado desde siempre a un capitalismo salvaje, dejado una brecha muy grande entre ricos y pobres, dominantes y dominados, así como un paupérrimo desarrollo humano y social.
La vida en sociedad no puede continuar sumergida en el egoísmo, la violencia, el odio y la falta de empatía. De igual manera la valoración de los seres humanos no debe estar fundamentada en la cantidad dinero que se tenga acumulado, la producción y el consumo de bienes y servicios, porque somos más que eso.
El universo nos está preparando para que podamos dar un salto cuántico hacia la evolución y expansión de la consciencia del ser humano, tanto individual como a nivel colectivo, a través de la elevación de la vibración de la tierra; para subirnos en ese tren, las relaciones de los seres humanos deben ser armónicas con los demás seres vivos, con amor, respeto y compasión por el prójimo.
Las sociedades sin saberlo explícitamente, obedecen las leyes del universo, y acuden a otras formas de liderazgos y de relaciones económicas, políticas y sociales, donde confluyan corrientes de pensamientos de respeto por todas las personas sin distinción de razas, creencias, ideologías, condición económica, social y cultural. Esta visión humanista y espiritual, no puede ser satanizada con la idea que estamos ante un modelo económico comunista.
Colombia logró por vía democrática un presidente con el perfil que requiere para dirigir este barco, con una visión holística de la vida, donde haya distribución equitativa de la riqueza, justicia social, paz, respeto por la naturaleza, para acompasarse con el universo, como un imperativo para el desarrollo sustentable. Es imposible lograr trascender como ser humano, como sociedad, como humanidad, sin intentar nuevas formas de relacionarnos y de comportarnos.
La conducta social en esta contienda electoral, dejó al descubierto lo que hay en la mente, el alma y el corazón de muchos colombianos; salieron a flote todas esas miserias humanas de odio, envidia, ira y deseo de aniquilar al otro; ojala podamos vernos en el espejo de esa realidad tan malsana en la que estamos viviendo y podamos hacer el salto cuántico a emociones y sentimientos más humanos, para que entre todos podamos reconstruir este país por el que han corrido ríos de sangre, dolor, maltrato, pobreza, sin que seamos conscientes de la crueldad y criminalidad con la que se ha actuado.
El reto que tenemos en este momento todos los colombianos, es reconciliarnos unos a otros, abandonar los odios, las críticas y hacer parte de este cambio que estamos experimentando, para la reconstrucción de la sociedad, la paz y el bienestar de todos.
Dios llene nuestros corazones de amor, nuestras mentes de luz y sabiduría, así como el de Gustavo Petro y su gabinete,
Información para los lectores de Revista EXPECTATIVA 41 Años.